


Habíamos oído que algunos embotelladores, pasaban sus botellas por el fondo marino antes de sacarlas a la venta. Incluso hace tiempo vimos un documental sobre el Camino de Santiago por mar, desde Hondarribia hasta de costa de Lugo, donde los caminantes (o navegantes en este caso) hacen una serie de paradas para realizar inmersiones en lugares singulares. Uno de ellos en la bahía de Plentzia, donde pueden visitar los vinos atesorados en aquel lugar (atesorados, que no envejecidos, término que les tienen vetado utilizar). Sin embargo no habíamos prestado mucha atención.
Ahora nuestra seguidora y colaboradora Cristina Mateos nos recuerda que existen, por lo que hemos decidido investigar un poco más.
Las condiciones ofrecidas por el mar, para el óptimo envejecimiento de algunos tipos de vino, son: la temperatura y la presión del agua, ya que son relativamente constantes, el movimiento del mar y la salinidad, así como la falta de luz y ruido. El vino tiene un proceso de vinificación exactamente igual que otros vinos y, cuando se embotella, se lleva al fondo marino, a una profundidad entre 12 y 20 metros, donde se deja por un espacio de tiempo que puede ir entre los 4 y los 18 meses, según los criterios del enólogo. La presión, en torno a 3 atmósferas hace que el vino se estabilice muy bien evitando las dilataciones que pueden dañarlo; incluso al sacarlo a la superficie se lleva a cabo un proceso de despresurización, igual que con una persona, para evitar cambios brusco. El vaivén de las olas, las corrientes y las mareas favorece que el vino esté continuamente en un suave movimiento que ayuda a integrar sulfitos y otros residuos haciendo un vino bien integrado. La poca luz y ruido que llega a esas profundidades, así como una temperatura estable y relativamente baja son otros factores que favorecen su “atesoramiento”
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Algunas bodegas que han decidido vender vinos del mar son:
Bodegas Luis Perez "Garum Submarino", entre Conil y Sancti Petri, Cadiz.
Bodegas y Viñedos Raúl Peres, "Sketch", Ria de Arousa, Pontevedra.
Bajoelagua Factory "Crusoe Treasure", Bahía de Plentzia (Vizcaya).
Bodegas Enrique Mendoza, Bodegas Submarinas Vina Maris, Calpe (Alicante).
Bodega Palmera Castro y Magán S.L., Vinos Tendal, La Palma (Canarias).
Cala Joncols, en la bahía de Joncols (Girona)a Joncols, en la bahía de Joncols, Girona
Hay otras bodegas bajo el mar en Francia, Italia, Grecia, Sudáfrica, Chile EE.UU y sin duda habrá más. Ya hay nombres muy conocidos que están experimentando con bodegas bajo el mar. Los productores del Champagne Cristal y Veuve Clicquot están envejeciendo Champagne en las frías aguas del norte de Francia. Igualmente, Gaia, una bodega bajo el mar en Santorini, Grecia.
Hay bodegas que están experimentando el envejecer barricas enteras bajo el mar, con la idea de que el movimiento constante del océano agita el vino con sus lías, una práctica que se hace de manera manual en las bodegas tradicionales. Por supuesto que las barricas las impermeabilizan para cerrar la microporosidad del roble.

Toda esta información ha excitado nuestra curiosidad y hemos comprado dos botellas de Sea Passion nº 2 de Crusoe Treasure.
Hemos optado por esta marca sin criterio alguno, tan solo por razones de simpatía geográfica y porque había la posibilidad de comprar un embalaje doble en el que venían dos botellas: una con vino embotellado y posteriormente conservado en el mar (atesorado) y otra, del mismo vino conservado en bodega de forma tradicional (envejecido).
Antes de pasar con nuestras percepciones de cata vamos a comentar algunas cosas que no nos han gustado:
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La botella presenta unas carencias notables de información al consumidor; no indica ni el tipo de uva utilizado, ni el origen de ésta, ni la añada, ni el tipo de crianza y maduración del vino. Entendemos que a un vino que se va a conservar bajo el agua no se le puede pegar una etiqueta y, por tanto, la información que se facilita ha de estar grabada en la botella, lo cual supone una limitación; sin embargo por eso no de ja de ser una carencia. En la página web de la bodega, y de algunos distribuidores, si figuran estos datos y de ahí los hemos obtenido para hacer nuestra nota.
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Hemos visto que Sea Passion nº 2 se vende entre 62 y 75 €; 69 € si se compra a la bodega, y el “pack duet”, con vino atesorado y envejecido cuesta 89 €, ¿esto quiere decir que el paso de la botella por la bodega submarina lo encarece 40 €? Nos parece un poco excesivo.
Vamos al vino: Sea Passion nº 2
Variedad: Tinta fina (tempranillo)
Situación del viñedo: zona Ribera de Duero Septentrional (Peñaranda de Duero).
Elaboración: crianza de 10 meses en barrica, mezcla de roble americano y francés, y 9 meses de atesoramiento submarino.
Extracción del mar: 23/04/2018
Tanto el envejecido como el atesorado son vinos bonitos, de un color picota, sin tonalidades que destacar, de capa alta, limpio y brillante.
En la nariz nos han parecido muy diferentes. El envejecido suelta un fuerte olor a fósforo cuando se vierte en la copa, que desaparece en cuanto se agita, dejando paso a aromas de vainilla, mantequilla, aromas muy agradables.
El vino atesorado presenta aromas más complejos, más difíciles de distinguir, en cualquier caso son aromas golosos, agradables. Cuando el vino se va abriendo asoma un atractivo perfume a cacao.
En boca ambos vinos son agradables, de entrada suave y con una acidez refrescante. El vino envejecido presenta unos taninos algo más duros y su persistencia en la boca es más corta. El atesorado está muy bien integrado, es largo y con un retrogusto agradable.


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