



En algunos países del norte de Europa es típico tomar vino caliente en invierno. En España puede que se nos haga raro, sin embargo, en la Edad Media, era habitual el consumo de vino caliente para templar el cuerpo y levantar el ánimo.
No se trata de elevar la temperatura hasta un grado que nos resulte atractivo, sino en preparar un combinado donde las especias, el dulzor y el hecho de tomarlo caliente lo convierta en otra forma de beber vino que seguro que te encantará.
¡Comienza la elaboración!
Para una botella de vino tinto de 75 cl (crianza tinto) tendrás que tener a mano:
100g de azúcar moreno
1 cáscara de limón
El zumo de 1 naranja
2 clavos aromáticos
1 estrella de anís
1/2 vaina de vainilla
2 granos de cardamomo
1 bastoncito de canela
Haz pruebas, cambia las especias que no te gustan por otras que te agraden más; añade o resta lo que te parezca.
Preparación
1- Vierte el vino en una cacerola con el azúcar y ponla a calentar
2- Añade el anís, la canela, el clavo, el cardamomo y la vainilla abierta por la mitad y recuperando el interior con la punta de un cuchillo.
3- Vierte el zumo de la naranja e incorpora la cáscara del limón
4- Lleva todo a ebullición con fuego suave, removiendo sin parar y sin que llegue a hervir durante 4 minutos y después, apartando la cacerola del fuego cúbrela con una tapa y deja reposar durante todo un día.
5- Ya se puede servir. Eso sí, calentándolo antes y utilizando un colador para que el líquido no tenga ningún tipo de posos.
6- Si te gusta decorar la copa, utiliza estrellas de anís, canela y rodajas de naranja