



La venta en primeur
es una práctica que empezó en el siglo XVIII cuando los Châteaux de Burdeos estaban en una delicada situación económica y empezaron a vender a los negociants franceses el vino por adelantado con un importante descuento. Estos a su vez los vendían a merchants ingleses, que especulaban con el valor de estos vinos a futuro. Años después se empezó a ofrecer a los clientes más importantes como restaurantes prestigiosos, nobles y la misma realeza. También ayudó a hacer más transparentes los precios la clasificación de los viñedos que ordenó Napoleón III en el año 1855 con motivo de la Exposición Universal de París y así los visitantes podían entender mejor los distintos Châteaux y sus calidades.
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Hoy los tiempos han cambiado y gracias a las técnicas de enología modernas, las inclemencias del tiempo son menores y la especulación y riesgo es mucho más bajo. Además, para seguridad de los compradores particulares, antes que comience la venta, muchos reconocidos críticos catan desde las barricas como van evolucionando los vinos y publican sus notas de cata.
Para los Châteaux, vender su producción de esta manera (algunos venden el 100% de su cosecha a través de este método) es un símbolo de estatus, de prestigio y de alivio financiero ya que ingresan mucho antes el efectivo de sus producciones.
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