

Castillo de Ygay, Gran Reserva Espacial 2010.
Ha sido elegido por la revista Wine Spectator como mejor “vino del mudo” de 2020. Solamente entran en valoración vinos que se vendan a el mercado estadounidense, población de destino de sus lectores. Se han analizado 11.000 vinos de todo el mundo en los que se ha valorado calidad, precio y factor X (esa cosa especial que tiene este vino que no se aprecia en otros).
La noticia ha sido recogida por todos los medios relacionados con los vinos, la enología y la gastronomía, razón por la cual no pensaba hacer ninguna referencia a ella. Sin embargo nuestra seguidora y colaboradora Cristina Mateos nos pregunta que si lo conocemos y claro que lo conocemos, casualmente tenía una botella que hemos bebido el día 1 para celebrar el año nuevo. Así que ahí va nuestro comentario:
Antes de nada debemos destacar que la añada de 2010 es la mejor de Rioja en lo que va de siglo, y que Castillo de Ygay Gran Reserva Especial se elabora con uvas cosechadas manualmente de los viñedos de Pago La Plana dentro de la Finca Ygay a 485 metros de altitud sobre el nivel del mar.
Además, el proceso de elaboración de este tinto de Marqués de Murrieta destaca porque el tempranillo (86%) y el mazuelo (14%) reposan durante 28 meses de forma independiente en barricas de roble americano y francés respectivamente, hasta llegar el momento de ensamblaje.
Hemos leído muchas notas de cata sobre este vino, de entre las que extraemos una al azar:
"Vista: Presenta un color rubí brillante, cubierto e intenso de capa alta con una lágrima densa.
Aroma: En nariz, este tinto de Marqués de Murrieta Gran Reserva Especial destaca por su complejo aroma a frutas rojas y negras maduras mezcladas con matices que evocan múltiples recuerdos a dátiles, hierbas aromáticas y especias así como hojas de tabaco y cacao, todos ellos arropados por maderas finas.
Gusto: Resulta un vino complejo y elegante, con taninos pulidos y gran equilibrio entre peso y acidez. Este Gran Reserva de Rioja presenta un sabor persistente a su paso por boca, un final largo con gran retronasal".
Aromas los tiene todos; frutas de todos los colores y tipos, dátiles, hierbas, chocolate, hasta grafito hemos podido leer en una reseña.
Para nosotros los aromas de este vino son como la luz blanca, sabes que detrás se esconde todo el espectro de colores, A veces se dejan ver, como cuando la luz entra en la copa y deja unos destellos amarillos, rojos, verdes, o cuando se refleja en una gota de agua. Los aromas de este vino son todos, pero no te deja percibir ninguno; cuando crees que estás oliendo algo desaparece para dar paso a otros matices imperceptibles.
En boca es ligero. Lo que nos ha sorprendido para un vino de esta categoría, pues esperábamos un vino con más cuerpo, con más peso. Pero al segundo trago hemos podido comprobar la excelencia que tiene. El vino te llena la boca dejando un gusto delicioso. Pasa algo parecido a lo que ocurre con los aromas, no se distingue la acidez, ni los taninos, ni el dulzor, ni ninguna otra sensación que pueda entrar por la boca. El que sea un vino ligero contribuye a esa sensación de plenitud y a su extraordinaria finura.
Si quisiéramos definirlo con brevedad diríamos que es un vino con un impecable equilibrio entre todos y cada uno de sus componentes.
* * *